lunes, 27 de junio de 2011

2011.06.26

12am El licor empieza hacer un agudo efecto en mi cabeza, extrañamente y ante mis ojos, tu sonrisa empieza a agradarme.

1am Confieso que es sumamente divertido esté asunto de “pretender” simpatizarte, empiezo a notar en mi una cierta afición, tener el control.

3am Finalmente, me doy cuenta que no hago nada diferente que el ridículo. Demasiado pronto para tener que aceptarlo. Es hora de irnos, mi cuerpo no aguanta ni una gota más.

4am Alguien debe conducir, aun tenemos reciente el recuerdo en nuestras mentes del accidente, afortunadamente este percance no se confabulo con la lluvia para dañarnos la noche. Nos encomendamos a una pequeña estatuilla de madera, en la cual ninguno de nosotros cree.

5am El olor a éter es incesante, creo que un poco más no vendría mal, Igual, ya pronto amanecerá. Debo descansar.

10am Puta madre!!! Es demasiado tarde, mi jefe no tardara en llamarme. “Otra falta más, y no vuelves” fueron las palabras que pronuncio la última vez que converse con él. Esta decidido, no iré a trabajar, espero comprendan mi manera tan poco locuaz de renunciar.

11am “Hoy seré una persona libre” repite mi mente una y otra vez. Necesito algo de ropa limpia, aunque estoy lejos de casa. No puedo bacilar en partir.

12m La luz del sol pega en mi cara, desde aquí la ciudad se ve pequeña. No tengo afán, perfecto para bajar a pie.

1pm Genial, hay muy poca gente hoy, tal vez tenga suerte y encuentre algún artículo de valor, no se trata de simples sentimentalismos, cada vez que vengo, encuentro buenos motivos para enamorarme aun más de estos sitios. Dos libros, una cámara compacta y unas cuantas filminas. Nada mal para un festivo en la tarde.

2pm “¿Tiene $200?” me pregunta mi amigo. Miro en mi bolsillo, e inmediatamente se dirige hacia la multitud. Sin afán me voy acercando. ¿Una carrera de cuys? Si, una extraña rata gigante es la sensación del parque. La gente no demora en apostar. Mi amigo nuevamente me pide $200. Esta bien, creo que apostare al igual que él, Me queda una sola moneda. La deposito sobre el tarro numero 29. La emoción se contagia fácilmente. Listo, el cuy es dejado en libertad, rápidamente corre a esconderse, no puede ser!! Se dirige hacia el tarro numero 30. No falta quien grite, pero resulto, entorpeció al cuy y levemente gira, tan solo lo justo, estupendo. Gane mi primera carrera de cuys. Hoy es mi día de suerte.

3pm Estaba convencido de seguir en el centro de la ciudad. Unos vedas y sus estrepitosos canticos interrumpen nuestro camino, un anciano sordo que vende raspados, no sé si por vejez o simplemente nos ignoraba, sin ninguna clase de higiene nos vende un par de ellos. Que hambre!! Repican nuestros ojos cada vez más a la par que conversamos. “vamos a un restaurante vegetariano” pronuncie.

Mierda!! No hay servicio de restaurante, mientras bajábamos las escaleras de regreso a la salida un hombre nos interrumpe, su aspecto védico llama la atención, no pierde oportunidad y ante le menor descuido empieza con su discurso semi-elaborado. Digo semi por que ni el mismo sabía lo que hablaba. Un León vegetariano y un niño azul, que luego ya no es azul, pero que en el fondo lo es ¿En el fondo? Dios, pobre hombre.

4pm Somos sorprendidos por el bullicio y una marcha muy particular: El día del orgullo gay. Admiro a todos aquellos gay que optaron por quedarse en su casa, lejos del tumulto y la algarabía. Hoy se sienten libres, pero cuando regresen a su cotidianidad, sigilosamente al amanecer, recordaran que son marginados y el desdén con la que la sociedad los juzga.

5pm Empiezo a sentir el cansancio en mis piernas, aun no he almorzado y pronto principia a escurecerse. Decidimos meternos a un antro y pedir un par de pizzas. Justamente cuando me fijo en la TV, pensé “el partido era hoy, como me lo pude haber perdido”. River a la B, el equipo del cual era hincha cuando pequeño, hoy está sumido en el peor momento de su historia.

7pm A ésta hora pienso, debí haberme ido para la casa, siento mi camiseta cada vez más ajustada, el calor es agobiante, no sé por qué presiento que lloverá nuevamente.

8pm Un par de llamadas y listo. “tengo una nueva oportunidad, no la eches a perder esta vez” pensé. No tarde en tomar un bus y partir hacia las afueras de la ciudad.

9pm “¿Compramos tequila?” me pregunto con ansiosa voz, “puede ser”, le respondí.

10pm Todo marchaba bien, siempre me ha gustado conversar con ella, nuestras conversaciones resultan divertidas y amenas, pero en el fondo, cuando miraba sus ojos, sentía como si nos expresáramos en otro leguaje, un deseo empírico que nuestras palabras jamás revelaran. Nuevamente el efecto agudo en mi cabeza empieza hacer estragos. No logro identificar lo real de lo imaginario. Mi mente me carcome a gritos.

11pm “¿Quieres bailar? En aquel sitio están colocando música muy buena”. Mis temores se hacen cada vez más palpables, tengo que reconocer que el baile no es de mis mejores habilidades, es más, ni siquiera es una habilidad, es un lunar mezquino que algunos ven en mí, pero no lo entienden. De igual manera, procure ser cortes y la invite a pasar, como si fuese yo el de la idea.

12am De repente, el mesero se acerca y retira las botellas vacías, incluida la botella de tequila, una manera formal de decir: Hasta pronto!! Afuera hace demasiado frio, tomo de su mano, me acerco a su oído y le susurro con tenue voz. Por un momento, el silencio se apodera de nosotros. “Creo que no fue buena idea, olvídalo”, le dije, a lo que ella responde: “No seas tonto, pensé que nunca lo dirías”.